Fuimos los mismos de siempre, con la mirada perdida, con la mirada
inquietante. Fuimos, crecimos, amamos, sufrimos, herimos, nos arrepentimos,
fuimos únicos, rebeldes como nunca. Éramos, somos y seremos las personas mas
geniales que he conocido, locas, pero nos mirábamos como nunca, como si nos devorábamos
cada vez que nos abrazamos, como si tu estuvieras en mi y yo estuviera en ti
cada vez que hacemos el amor. Hacer el amor, eso era lo más hermoso que podemos
hacer, no solo por tener sexo sino por los abrazos, caricias, mordidas,
sentimientos que nos damos uno al otro. El sexo es otra cosa más. El sentimiento
de nuestros cuerpos juntos en una sola nota, en un solo sonido, mordidas,
besos, todo es parte del hermoso ritual, que nos da placer, pero nos une cada
vez más. Tu cuerpo y el mío. Fuimos los amigos, vecinos, amantes, cómplices y secuaces
que jamás hubiésemos pensado, creo que si comparamos fuimos perfectos por un
momento, solo un momento cuando nuestros labios pronunciaron por primera vez la
palabra “Te amo”
Queremos seguir siendo eternos, pero con el pasar del tiempo envejecemos,
maduramos, crecemos, aprendemos mas del uno y del otro pero nos volvemos mas
viejos cada día… “El tiempo no se detiene por nadie” ¿no?
Creo que menos por nosotros…