22.2.12

Snow


   

    Estaba oscuro y frío… si, muy frío. Odio el frío, pero también el calor agobiante, ¿Desde cuando tengo una discusión del clima tirada en la nieve de un día de invierno? y ¿Cómo sé que es nieve si está tan oscuro?, ¿Será porque me congelo? Y sueño, sueño con que tú estabas allí, agarrando mi mano si, agarrando firmemente mi mano y muriéndote conmigo, congelándonos juntos, pero como ya dije solo fue un sueño.
    La ultima hoja de aquel árbol que amabas, acaba de caer… si, acaba de caer y dejó una huella de que se hundió en la nieve, no formo  un ángel, solo una sombra que no se ve, sí que no se ve.
    El atardecer de mis pensamientos se esfumó y se convirtió en un anochecer oscuro lleno de recuerdos, sabios pero amargos recuerdos.
    El recuerdo de tu ser apretándome la mano echada en la nieve era lo que mas me gustaba, pero repentinamente la soltaste, te levantaste y me miraste con una agridulce tristeza, me diste la espalda y te fuiste. Y allí quede viéndote despedirte con esa ancha espalda, caminando hacia donde no te podía alcanzar y me di cuenta de algo, que yo solo era miserable tirada en la nieve, que eso de llorar y morir no era lo mío, así que reuní fuerzas, me levanté y corrí hacia ti, hacia tu fuerte espalda y te abracé, ese cálido y frío abrazo, dulce pero agrio  me dio vida hasta que el sol anunció su llegada y tu recuerdo se esfumó entre las sombras que huyen. Ahora solo me queda la hermosa mañana brillante de primavera y la paciencia y esperanza de volverte a ver el próximo invierno.