Los verdaderos amigos siempre se pierden en esa habitación oscura, de la testigo cada día, aquella en la cual soñamos, reímos, lloramos, expresamos los que nos queda en el corazón, eso inevitable, eso incontable, esos momentos irrepetibles que hacen espacio en esa fría habitación… A esa a la que creemos justa -equivocándonos por supuesto-.
Tenemos sentidos de verla diferente, de oírla diferente, de degustarla, de tocarla o sentirla diferente y hasta de crecer en ella de modo distinto, también la podemos destrozar y perdernos en ella de modo jamás visto, eso es lo que nos hace únicos, esto hace que no haya una sola habitación al contrario hay miles y miles unas mas oscuras, otras mas claras, unas frías y otras muy calidas… ¿Serán diferentes todas? De eso no hay duda. Pero lo que es verdad que solo hay una puerta de salida, solo algunos salen primeros, algunos apresurados e increíblemente otros después de 100 años.
No sabemos cuando saldremos solo hay que saber divertirse en ella…
Aunque solo sea una habitación oscura
