26.2.12

Eramos El y Yo



El me espiaba en su mente,
vigilaba mis sueños,
tocaba mi dolor
y pulía mis metas.

El agonizaba conmigo
de tristezas y dolores,
de amores y pasiones,
dejarlo ir fue fácil.

El descubría y desnudaba mi ser,
controlaba mis emociones y mis acciones,
media mis movimientos y los corregía
era toda mi vida y yo era toda la suya.

Eramos un solo ser,
unido por un lazo del alma,
castigados por el mismo dolor
y las mismas penas.

Eramos tal para cual
el yin y el yang,
el cazador y la presa
que poco a poco el cazador fue cazado.

Eramos el espejo que nos separaba
el tiempo perdido y encontrado
las arenas del mar
y como estrellas del cielo fuimos cayendo.

Eramos... Solo El y Yo en un mundo paralelo divididos en puentes y barrancos, escaleras y ascensores, ventanas y puertas, el piso y el techo.
Estábamos los dos en una sola habitación, oscura y vacía solo con un espejo y yo....

22.2.12

Snow


   

    Estaba oscuro y frío… si, muy frío. Odio el frío, pero también el calor agobiante, ¿Desde cuando tengo una discusión del clima tirada en la nieve de un día de invierno? y ¿Cómo sé que es nieve si está tan oscuro?, ¿Será porque me congelo? Y sueño, sueño con que tú estabas allí, agarrando mi mano si, agarrando firmemente mi mano y muriéndote conmigo, congelándonos juntos, pero como ya dije solo fue un sueño.
    La ultima hoja de aquel árbol que amabas, acaba de caer… si, acaba de caer y dejó una huella de que se hundió en la nieve, no formo  un ángel, solo una sombra que no se ve, sí que no se ve.
    El atardecer de mis pensamientos se esfumó y se convirtió en un anochecer oscuro lleno de recuerdos, sabios pero amargos recuerdos.
    El recuerdo de tu ser apretándome la mano echada en la nieve era lo que mas me gustaba, pero repentinamente la soltaste, te levantaste y me miraste con una agridulce tristeza, me diste la espalda y te fuiste. Y allí quede viéndote despedirte con esa ancha espalda, caminando hacia donde no te podía alcanzar y me di cuenta de algo, que yo solo era miserable tirada en la nieve, que eso de llorar y morir no era lo mío, así que reuní fuerzas, me levanté y corrí hacia ti, hacia tu fuerte espalda y te abracé, ese cálido y frío abrazo, dulce pero agrio  me dio vida hasta que el sol anunció su llegada y tu recuerdo se esfumó entre las sombras que huyen. Ahora solo me queda la hermosa mañana brillante de primavera y la paciencia y esperanza de volverte a ver el próximo invierno.

10.2.12

Agridulce II


   No es imposible llevar nuestros recuerdos a la cama, cuando aun tú duermes con otra y yo con una persona distinta a ti. Cuando te des cuenta que los errores los comete cualquiera y vuelvas a mimarme a mí. Cuando ese frío espacio que nos separa se derrumbe y desaparezca.
   Tus ojos detrás de una cortina dándole curvas a mi delgada figura y yo con el corazón dolido dejándome llevar.
  La expresión de nuestro rostro cambia al mirarnos, pero porque no podemos estar juntos, será porque hicimos falsas promesas a las personas que ahora están a nuestro lado, esos falsos y prometedores compromisos que nunca cumpliremos de corazón.
   Pero ¿a que le tememos? A lastimarlos a ellos ¿no? O a lastimarnos a nosotros, tal vez… Solo una cosa se, es que no me puedo resistir a esos labios delicados que al oído me susurra que me quede y que no me vaya, que estaremos juntos para siempre.
   Pero sabes… ¿La felicidad es pasar por encima de otras personas? O ¿dejarlo todo por este desenfrenado amor? Y llevarnos siempre la culpa a la cama cuando hagamos el amor.
¿Eso es vida?